Te pasa esto: necesitás una linterna. No una linternita de juguete para encontrar el enchufe cuando se corta la luz. Querés algo que funcione bien, que se banque el uso, que alumbre como tiene que alumbrar. Entonces te metés a buscar, y te aparecen palabras que no dicen nada: lúmenes, modos, IPX4, COB LED, 18650. ¿Qué significa todo eso?

Vamos por partes. Porque no hace falta ser ingeniero para elegir una buena linterna. Pero sí está bueno saber qué cosas mirar para no tirar la plata.


Empecemos por lo básico: ¿para qué la vas a usar?

Si la querés para tener en el auto por si pasa algo, o para llevar en la mochila cuando vas al río o de camping, necesitás una que sea confiable, resistente y recargable. No te conviene andar con linternas que usan pilas, porque ya sabés cómo termina eso: se agotan justo cuando más las necesitás, o se sulfatan adentro.

Lo más práctico hoy es una linterna con batería recargable por USB, que podés cargar con cualquier cargador de celular o con un powerbank. Como la Linterna de Bolsillo Swiss+Tech Recargable Multifuncional, que entra en cualquier lado, tiene varios modos y encima se pega con imán. Es simple y útil. Y eso ya es mucho.


¿Y los lúmenes?

Los lúmenes miden la cantidad de luz. Cuanto más lúmenes, más fuerte ilumina. Pero ojo: más no siempre significa mejor. Porque si solo querés ver dentro de la carpa o moverte por el campamento, 200 o 300 lúmenes van de sobra.

Ahora, si te movés en zonas sin luz, hacés senderismo nocturno o querés iluminar bien de lejos, ahí sí conviene una más potente. Por ejemplo, la Linterna Recargable LED 1000 Lúmenes Swiss+Tech tiene la potencia justa, tres modos útiles y es resistente al agua. La usás con lluvia, barro, lo que venga.

Pero no te quedes solo con el número. Fijate cómo está construida la linterna, si abre bien el haz de luz, si es cómoda para agarrar. Hay linternas de “mil lúmenes” que parecen potentes en la caja y después no alumbran nada.


¿Cómo sabés si una linterna es buena?

No hace falta saber de electrónica. Alcanzan algunas cosas simples: que esté bien armada, que no se sienta de plástico barato, que tenga un botón que responda bien, que la batería dure lo que promete. Si tiene varios modos (luz fuerte, suave, intermitente), mejor. Si tiene protección contra agua, mucho mejor.

Y si es algo que vas a usar más de una vez, vale la pena invertir en una que no se rompa al primer golpe. Hay modelos que duran años y te resuelven más de una situación.


Si estás por comprar una linterna, pensá en esto: ¿la vas a tener a mano cuando la necesites? ¿Va a alumbrar lo suficiente? ¿Te va a bancar si se pone feo el clima?

 

Si la respuesta no es un sí claro, seguí buscando. Porque una linterna no es solo para ver: es para estar tranquilo cuando no ves nada.